20/12/16

Relato: "La enfermedad".

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“La lógica humana funciona a través del dolor, se mide a través del dolor. Evitan cualquier cosa para no sentir, no  atravesar el dolor. Son capaces hasta de evadir el amor, porque creen sufrirán por ello.
Sienten pánico, mucho pánico, temor a enamorarse, a sentir las tan famosas mariposas en la panza, la fijación de la mente en alguien, las cursilerías escritas en papel. Todos síntomas, de lo que para ellos,  el amor,  es una enfermedad.

Le tienen miedo a ese dolor, a ese sufrimiento de no ser correspondidos por eso anulan los sentimientos, los guardan profundo en su ser bajo siete llaves.
Para ellos coincidir emocionalmente con el otro, es una ecuación matemática. Es una incógnita, algo desconocido. Y a eso también le tienen miedo, pánico y temor.

Sentir amor es como estar al borde del abismo, es saltar al vacío sin la certeza de que alguien sea ese colchón en el cual caer.
Esa incertidumbre, ese miedo a sufrir una caída estrepitosa, motiva la búsqueda de otras alternativas, otros caminos para escaparle al amor.

Pero si no aman ¿qué hacen entonces?
Recurren a su instinto, a la naturaleza propiamente dicha.
El sexo es mucho más fácil de conseguir que el amor. Es el camino más factible. No se sufre, no se tiene temor, ni pánico. Sólo se disfruta del placer de los cuerpos, lo que les genera una satisfacción mucho más simple y temprana, pero no duradera.

Para ellos sentir amor es tomar una decisión impulsiva buscando, mendigando compresión y aceptación.
Ese temor al dolor, al rechazo, al contagiarse la enfermedad los vuelve superficiales. Idolatran el cuerpo e ignoran el alma.

Pero es inevitable, tarde o temprano llegará el momento, el instante en que una mirada, o una sonrisa destruyan los candados, la prisión que tiene al amor cautivo y que por fin podrá emerger.
Será indisimulable. Se desplazará por todo el cuerpo tan rápido como la sangre, como un veneno, como una inyección  vitalizante.


Cuando el amor emerge, ya no hay vuelta atrás. No hay superficialidad, ni temor, ni pánico que valgan. No hay cuerpo que se imponga. Cuando el amor emerge, el interior cambia y lo hace para siempre…” 

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