"Actuamos con repulsión porque creemos que la vida es injusta, porque en vez de devolvernos flores y días soleados nos da trompadas en la cara, y aires de tormenta."
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"Actuamos con violencia cuando la vida "le regala" a otro, momentos maravillosos, dignos de ser admirados y recordados.
Actuamos con ironía y desesperanza, cuando nuestro trabajo duro no da sus frutos a corto plazo.
Nos inquieta, nos fastidia, no hiere y nos lastima, que la vida se la agarre con nosotros, porque "¿qué hicimos para merecer lo que nos sucede?". Pero la verdadera pregunta, no es esa, sino "¿Qué fue lo que no hicimos para ser felices?"
Tarde o temprano, para esa pregunta, llega la respuesta: "Debí jugármela por ese ser amado" o "Debí tomar la decisión correcta"
Lo bueno, para todos los seres humanos del planeta, es que la vida no es algo lineal que sigue su curso hacia el infinito, sino que es la representación de períodos ondulados, donde la revancha no es contra los demás que fueron capaces de hacer lo que creyeron correcto, sino con uno mismo. Esa valentía de cambiar el propio presente sin quedarse en un pasado antiguo, ni en un futuro incierto.
El privilegio y el don del ser humano es forjar su propio destino y así hacer de la vida un periodo ondulante, antes de que que llegue el momento de partir y esa línea que llamamos vida se mantenga recta para siempre..."
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