31/1/16

Relato: "Palabra mágica".

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Nunca una palabra como esta ha sido tan difícil de decir, de expresar.
Cuando éramos chicos, nos torturaban, nos obligaban  a pronunciarla y con una culpa indescriptible y un poco inducida, pedíamos perdón por haber herido los sentimientos de alguien.

A partir de que uno crece, cuesta mucho más asumir los errores, darse cuenta de que lo que uno hace y dice trae consecuencias tanto positivas como negativas.

Aceptar por fin que uno se equivocó es la verdadera esencia del perdón y el primer paso para remediar el daño infringido.

Pedir perdón es tomar conciencia. Es ver, notar al otro. Saber que también siente y  sufre.

Pedir perdón es dejar de atacar, dejar los terrenos hostiles, es verse reflejado en el otro como un espejo que muestra todo aquello que escapa a la visión.

Pedir perdón es perdonarse, es dejar de lastimar y lastimarse. Es dejar atrás el dolor, el orgullo, el resentimiento y recibir con los brazos abiertos a la conciencia en su máximo esplendor, a la humildad, a la solidaridad, y por qué no al amor propio.

Perdonar es avanzar, es ubicarse en tiempo y espacio. Es trascender. Es saber mirar en uno mismo y soltar todo aquello que ata, que encadena, que aprisiona.


Perdonar, perdonarse, pedir perdón son sinónimos de crecer.

2 comentarios:

  1. Para reflexionar...

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  2. Trascendencia también es sinónimo de perdonar me encanto este ! Que lindo que escribas !!! Por más gente como vos en el mundo !!!♥️

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